Hace tiempo que España era la “bestia negra” de Chile, con resultados negativos para la Roja. Esta vez la selección dio una clase de jerarquía que dejó a los hispanos confundidos, logrando un resultado, a todas luces injusto, empate a dos, especialmente porque la igualdad fue lograda por los actuales campeones del mundo, en los minutos agregados.
Chile desplegó todo su poderío ofensivo, con rápidas salidas al terreno rival y ya a los 5 minutos, luego de un impecable pase de Isla a Vargas, este convertía el 1 a 0 en el estadio de Ginebra. Un triunfo parcial merecido ya que la Roja le quitó el balón a los “reyes mundiales”, poniendo en jaque a los dirigidos de Vicente del Bosque.
Los de Sampaoli siguieron presionando, iban por más, ya que adivinaban que era una jornada propicia para el elenco nacional, que quería revancha ante los últimos resultados de los españoles, tanto en amistosos como en el reciente mundial de sudáfrica. Los chilenos querían demostrar que eran mejores y lo estaban logrando.
Pero el rival no era uno más. Se acordó que eran dueños de una Corona y en el minuto 38 y ante una débil reacción de Claudio Bravo y una desaplicación de sus marcadores, Roberto Soldado, completamente solo, cabeceó a boca de jarro al arco para lograr la igualdad. No era merecida. Pero los goles valen cuando se marcan, no cuando se pierden…
Pero la Roja estaba para cosas grandes. En especial Eduardo Vargas, en una de sus mejores presentaciones, que dijo otra cosa. Porque, nuevamente, en el minuto 44, marcaba su segundo tanto, poniendo a Chile por sobre España, por dos a cero.
En el segundo tiempo Chile no disminuyó su actitud de ir por más. Y siempre fue más. Hasta cuando se cansaron. Y de ello aprovechó España, que no tenía por donde ganar a los nacionales. Cuando se jugaban los descuentos, cuando soñábamos con ese triunfo esquivo ante los españoles, vino el segundo fatal.
Y vino de la ayuda de Jesús. Porque Jesús Navas, en el minuto 91, nos lanzó un balde de agua fría. Congelada. El milagro para los hispanos. El gol que no queríamos. La igualdad de los españoles. Decimos que el empate es bueno con España. Pero pensamos que fue una derrota anímica. Pero qué diablos…¡Vamos Chile que se puede!