Que era tiro de esquina. Que no era. Que habían dos defensas y el arquero. Pero nadie pudo parar ese balón maldito. Minuto 120 y ya íbamos a tanda de penales. No hay caso. No es primera - ni última - que le pasa a una selección chilena.
Pero esta es diferente. La Rojita sub 20 era superior a Ghana. Pero, al parecer estos jugadores africanos entrenaban con leones. El estado físico mató a Chile. Si los rivales de los chilenos corrían, corrían y corrían. Y los nuestros se acalambraban, acalambraban y se acalambraban...
Imposible olvidar el último segundo del partido. ¿Perdió Chile en ese momento? Por el gol, es obvio. Pero la Rojita podría haber amarrado el partido en el primer tiempo de los 90 minutos de juego. Chile fue muy superior a Ghana y estaba dos a uno arriba en la cuenta.
Pero ya. Perdimos y punto. ¿Que queda? Un elenco con figuras destacadas. Rabello, Henríquez, Castillo, Melo, Larenas, Maturana, Bravo, Baeza y Lichnovsky, por nombrar algunos. Se la jugaron hasta el final.
¿Y Mario Salas? Un técnico tozudo pero perseverante. Nunca reconoció cuando Chile cometía errores y jugaba mal. Siempre justificando lo injustificable. Pero podría haber hecho más. Tenía los jugadores apropiados. Si se imponía a Ghana habrá estado a pasos de la Corona.
En definitiva esta selección nos mantuvo con la ilusión de estar entre los mejores del concierto internacional en esta categoría. Y ya hay varios jugadores que pronto serán figuras en equipos chilenos y clubes extranjeros. Vivimos fútbol con ellos. Disfrutamos sus triunfos y alegrías y sufrimos con esta derrota. Bien Chile. Aunque, podría haber sido mejor...¿O nó?