El capitán del equipo chileno, Nicolás Massú, no está tranquilo en su silla. Se para, grita cada pelota. Se sienta. Da gritos de aliento. Se vuelve a conversar con sus compañeros de equipo. Saluda cada punto ganado. Y anima a sus jugadores en los perdidos. Inquieto. Insiste en alentar a sus pupilos.
Ha sido realmente un excelente líder para la nueva camada de jóvenes tenistas, que creen a pie junto lo que Massú les instruye. A la espalda del técnico está otro gigante. Marcelo Ríos. Podremos tener diferencias por su comportamiento fuera de la cancha. Pero es el ex número uno mundial.
Y el “Chino” también se ganó su lugar en este equipo triunfador. Pero volvamos a Nicolás Massú. Es el verdadero chileno de corazón del grupo. Gran motivador. Dio un golpe de cátedra al poner en el dobles al chillanejo Tomás Barrios. Todo un hallazgo. Y la pareja por poco no se queda con el triunfo.
“Hace cinco años partimos con un equipo en tercera división y ahora estamos dentro de los 18 mejores equipos del mundo. Es una sensación increíble. Estoy agradecido por ellos, porque son chicos que los conozco desde hace años y esperamos tanto que ahora se nos dio”, dijo Massú a TVN
“Es el día más feliz de mi vida”, expresó el viñamarino. Tomó la bandera chilena y luego de abrazar a cada integrante del equipo se fue al centro de la cancha. Respondió eufórico a los periodistas y señaló la bandera chilena que tenía estampada cerca de su corazón. Un gran profesional…con mucho corazón de chileno.
Su colaborador, Marcelo Ríos, de poca comunicación con la prensa y parco en sus declaraciones, esta vez se le vio muy emocionado. “Es una felicidad muy grande. Para mí es bastante especial. Siempre dije que no pude llegar al Grupo Mundial y hacerlo con este equipazo que tenemos, de jugadores jóvenes, en una satisfacción enorme”, expresó el “Chino”