Una derrota increíble. Solo la fuerza y mejor estado físico de la selección de Ghana le permitió imponerse a la Rojita de Mario Salas, que en la agonía dejó el Mundial de Turquía al caer por 4 a 3 en tiempo suplementario.
Chile, en muchos pasajes, fue superior a Ghana, que sin embargo abrió la cuenta en el minuto 10 a través de Odjer. Pero la Rojita no solo superó al rival en el juego. Le quitó el balón y en cuatro minutos quedó con el marcador a su favor.
Castillo en el minuto 23 y Henríquez en el 26 dejan a la Rojita de todos arriba en la cuenta por 2 a 1. Pero Assifuah empareja la cuenta en el minuto 72 y se van al tiempo suplementario.
La selección chilena comienza bién la primera parte del complemento cuando Henríquez convierte y deja a la Roja nuevamente arriba el marcador por 3 a 2. Pero el mejor físico de Ghana y la habilidad de Seidu, logra la igualdad a tres goles.
Y cuando todos los chilenos ya pensabamos en los penales. Cuando el partido llegaba al minuto 120 y los jugadores nacionales apenas se sostenían en pié, viene el extraño gol de Ghana, que contó con la colaboración de la defensa y el portero Melo.
Cuatro a tres y Ghana que sigue en competencia y Chile para la casa. El llanto de los jugadores chilenos en la cancha no aminora la pena de los aficionados que pensaban - me sumo a ellos - que la Roja merecía pasar a semifinales.
Pero ahí está. Una derrota - tal vez inmerecida - pero permite a los africanos soñar con la Copa y los chilenos masticar la rabia por ser eliminados con un gol agónico, más producto de errores nuestros que merecimiento del rival. Una pena. Una verdadera pena...